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“Mi esposa luchó contra el Cáncer de Mama” una historia de amor documentada fotográficamente.

Hace unos meses escribí­ un post que trataba de como haciendo lo que sabemos hacer, empleando nuestra profesión y/o usando nuestras habilidades podemos lograr un impacto positivo en la sociedad, y en ese post use un ejemplo de la fotógrafa estadounidense Sue Bryce quién realizó un proyecto fotográfico para contar la historia de Jill Conley, una chica de 31 aí±os que sufrió cancer de mama a los 6 meses de haberse casado y querí­a mostrar a las personas que habí­an sufrido o sufren actualmente cancer que no se deben sentir mal porque su aspecto fí­sico no es como la sociedad considera “normal y bello”.

Esta vez les comparto la historia de Jennifer y su esposo Angelo Meredino, fotógrafo neyorquino, quién fue documentando los poco más de 4 aí±os que ella duro en tratamientos y medicación.

Esta es su historia:

La primera que vi a Jennifer lo supe, supe que ella la mujer de mi vida, simplemente lo supe, como cuando mi padre les cantaba a sus hermanas en el invierno de 1951 después de haber visto por primera vez a mi mamá, “La encontré” decí­a él.

Un Mes después Jen consiguió un trabajo en Manhattan y dejó Cleveland, yo iba a la ciudad, para ver a mi hermano, pero en realidad querí­a ver a Jen. Cada visita mi corazón le gritaba a mi cabeza ” Dile!!” pero no tení­a el coraje para decirle a Jen que no podí­a vivir sin ella. Finalmente mi corazón ganó, y como chavito preparatoriano, le dije a Jen “Estoy enamorado de ti”, para el alivio de mi acelerado corazón Jen, viendome con sus hermosos ojos bien abiertos, “Yo también”.

Seis meses después empaque mis cosas y volé a Nueva York con un anillo de compromiso en mi bolsillo. Esa noche, en nuestro restaurante italiano favorito, me arrodillé y le pregunte “Jen ¿te quieres casar conmigo?”. Menos de medio aí±o más tarde nos estabamos casando en Central Park, rodeados por familia y amigos. Esa noche, bailamos por primera vez como marido y mujer, al compás del acordeón de mi papá – ™« “I’m in the mood for love…”™«

Cinco meses después Jen fue diagnosticada con cáncer de mama. Recuerdo el momento exacto, la voz de Jen y esa sensación paralizante que me inundaba, algo que jamás habí­a sentido. Nunca olvidaré como nos miramos mutuamente a los ojos y sostuvimos nuestras manos, “Estamos juntos, estaremos bien”.

Con cada reto al que nos enfretabamos nos acercabamos mas ella y yo. Las palabras dejaron de ser importantes. Una noche Jen fue hospitalizada, el dolor que sufrí­a era incontrolable, agarró fuerte mi brazo y con los ojos llenos de lágrimas me dijo “Me tienes que ver a los ojos, es la íºnica forma en que puedo soportar este dolor”, nos amabamos con cada pedazo de nuestras almas.

Jen me enseí±o a amar, a escuchar, a dar y creer en los demás y en mi. Nunca habí­a sido tan feliz como lo fuí­ durante este tiempo.

Durante esta gran batalla que libramos, fuimos afortunados de tener un gran apoyo y sporte de gente cercana, pero a pesar de eso tuvimos que lidiar con el poco entendimiento de la gente hací­a nuestras dificultades que dí­a a dí­a enfrentábamos. Jen sufrió de dolores crónicos debido a los casi 4 aí±os de tratamientos y medicación. A los 39 aí±os Jen comenzó a usar una andadera y estaba exhausta de tener cuidado de caí­das y golpes que se pudiera dar. Las estancias de más de 10 dí­as en el hospital eran frecuentes. Las constantes visitas de los doctores terminaban en batallas con las compaí±ias de seguros. Miedo, ansiedad y preocupaciones eran sentimientos constantes.

Tristemente, mucha gente no quiere escuchar o saber de estas realidades y en un cierto punto sentí­amos que el apoyo que recibí­amos se iba alejando. Otros sobrevivientes del cáncer comparten esta pérdida. La gente piensa que los tratamientos te mejoran, que las cosas se ponen bien y que la volvemos a nuestra vida “normal”. Sin embargo, no existe la normalidad en el mundo del cáncer. Los sobrevivientes del cáncer tienen que definir un nuevo sentido de que es “normal”, usualmente diario. Y como podrí­an entender los demás lo que tuvimos que vivir diariamente?

Mis fotografí­as muestran está vida diaria, humanizan la cara del cáncer, con el rostro de mi esposa. También muestran los retos, dificultados, miedos, tristezas y la soledad que enfrentamos, que Jennifer enfrento, pues ella fue la que libró la batalla contra esta enfermedad, pero lo más importante de todo, muestra nuestro amor. Estas fotografí­as no nos definen, si no que somos nosotros.

El cáncer esta en las noticias diarias, y probablemente mediante estas fotografí­as, la próxima vez que un paciente de cáncer se le pregunte como esta, como le va, aparte de escuchar la respuesta, esta será entendida con mayor conocimiento, empatí­a, un mejor entendimiento y preocupación sincera.

“Love every morsel of the people in your life.”
“Ama cada bocado de las personas que están en tu vida.”
Jennifer Merendino

Si quieren ver todas las imágenes, y saber un poco más sobre Angelo y Jennifer denle click aquí­ y vean el sitio web de su proyecto fotográfico llamado: “My Wife’s fight with breast cancer

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